Llegamos desnudos a la tierra para caminar desnudos, para sentir desnudos, para sabernos desnudos. Y nos escondemos en sigilo huyendo del pantano y las cascadas, ocultos de la noche y de sus garras, callando nuestras heridas y sus gritos. Vestidos de hielo y de mentiras vamos por un mundo plagado de espejos, sin ver los caminos y sin conocer los reflejos que crecen como el veneno de los tejos. Yo huyo del metal y la madera y decido caminar desnudo por la tierra: con el alma pura del viento puro, con la desnudada piedra de los ríos, con la poesía como forma de futuro. Yo caminaré desnudo por la tierra, invisible y transparente y aunque tú no me veas llenaré los rincones de poesía.
La roca desnuda

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